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Poesía y Filosofía

Por: César Canela


La técnica como causa agente del lenguaje y el lenguaje como canal principal de la filosofía y la poesía


«La poesía es, a veces, incluso más filosófica que la filosofía, la metafísica es, por su naturaleza, incluso más poética que la poesía».

Joseph Joubert

Reflexionaremos brevísimamente sobre la relación que existe entre filosofía y poesía. Para empezar, es importante partir de la idea de que el ser humano es un ente creativo, es decir, su vida sólo puede realizarse más allá de lo naturalmente dado. Decir que el hombre es creativo, es lo mismo que decir que es un ser técnico, que crea unas condiciones vitales que no sólo le permiten estar sino bienestar, es decir, que construye, diseña y concibe unas herramientas para distintas cosas —cazar, comer, transportarse, cobijarse…—. Esa habilidad técnica trae consigo la realización del fuego para protegerse del frío, de las bestias, etc. sin embargo, estos actos técnicos no están solos, sino que van acompañado —desde siempre— por la necesidad comunicativa que tienen los seres humanos, que según Aristóteles son animales políticos 1 por naturaleza.

Esto quiere decir que al ser humano, no le basta resolver sus necesidades naturales, sino que surgen el deseo de pintar las paredes de la cueva siendo esto evidencia de la necesidad que tiene de transmitir ideas, métodos y convicciones. A la vez, no se sabe como, desarrolla modos de comunicación simbólicos, auditivos, visuales que en principio eran solo para la supervivencia, luego se van desarrollando para transmitir órdenes, afianzar su voluntad de poder y organizar el clan. Todo este proceso dio origen al acto técnico del habla, allí empieza la poesía y, con ella, la filosofía.

Esto quiere decir que al ser humano, no le basta resolver sus necesidades naturales, sino que surgen el deseo de pintar las paredes de la cueva siendo esto evidencia de la necesidad que tiene de transmitir ideas, métodos y convicciones. A la vez, no se sabe como, desarrolla modos de comunicación simbólicos, auditivos, visuales que en principio eran solo para la supervivencia, luego se van desarrollando para transmitir órdenes, afianzar su voluntad de poder y organizar el clan. Todo este proceso dio origen al acto técnico del habla, allí empieza la poesía y, con ella, la filosofía.

Al hombre primitivo, no le fue suficiente cantar las hazañas de sus hallazgos, de sus inventos, de sus descubrimientos, sino que quería expresar sus sentimientos a través de la palabra, describir el mundo físico o suponer al mundo metafísico, por lo que fue dando origen, a lo que Spengler llamó técnica de la gramática, técnica de la formación de oraciones y cláusulas2“La finalidad primitiva del lenguaje es la ejecución de un acto”3, que en principio era solo oral y luego se convierte en escrito.4

La escritura, hace que la palabra cantada, pierda su condición “pasajera” y empieza a “eternizarse”. El canto de las historias también se convierte en mito, en religión, en poesía y en filosofía. La filosofía y la poesía están presentes en todos los fenómenos humanos, desde la palabra pensada hasta la palabra hablada.

El ejercicio de la poesía y la filosofía, dio origen a varios grupos de personas, las que se dedicaban a cantar las hazañas de los héroes fueron llamadas poetas y a los que se dedicaron a describir el mundo se les llamó filósofos, el método era el mismo: la admiración.

María Zambrano5, en su texto “Filosofía y Poesía” (1939), es la primera que hace un recorrido histórico con los conceptos “filosofía” y “poesía”. A través de la Razón Poética, muestra el valor de la poesía en el pensamiento humano. Su análisis es una crítica que va desde el pensamiento platónico hasta la modernidad. En su recorrido defiende que lo humano está compuesto, en todo momento, por poesía y filosofía.

A partir de las ideas de Zambrano, nos trasladamos al siglo VI d. C, citando el texto de Simplicio de Cicilia, donde el autor muestra las categorías del Ser que ya había presentado Parménides mil años atrás:

«Y del camino ya sólo queda un solo relato: que es. Y para éste hay muchísimas señales
de que lo que es no engendrado e imperecedero. Pues es integro, inmóvil e infinito ni fue ni será, pues es ahora todo al mismo tiempo, uno solo, continuo […]».6

Este texto de Simplicio es un poema, de eso no hay duda. Curiosamente, este texto medieval es uno de los tantos que sirven de referencia para analizar al Ser, insinuando la icónica frase de Parménides: “El ser es y el no ser, no es”, idea que sirvió al pensamiento Escolástico medieval y a la Metafísica más reciente presentada por Heidegger en el siglo XX. Esto deja evidenciado que entre poesía y filosofía existe una relación bastante cercana desde tiempos prehistóricos hasta hoy. Sin embargo, nos surge la pregunta, ¿en qué momento los filósofos quisieron separar la filosofía de la poesía?

María Zambrano, nos dice que es Platón, en su texto “La República” que expulsa de la filosofía a los poetas y, con ellos, a la poesía.7 Como Platón fue una autoridad intelectual, se instaló la idea de que la filosofía es el ejercicio de la razón y la poesía es, solamente, una expresión de los sentimientos, por lo tanto, ambas cosas deben mirarse en escenarios distintos.

Esa dualidad entre filosofía y poesía suele asentarse en la modernidad porque no sobran pensadores que, en su afán de trazar las fronteras entre lo racional, entre los hechos positivos, la verdad demostrable y la expresión literaria. Nos pretenden presentar a la racionalidad por un camino y al arte por otro. Aunque parezca esto racionalmente fundamentado, es un peligro porque la dimensión humana es integral y ambos aspectos son elementos sustanciales de la naturaleza humana.

María Zambrano, nos dice: «[…] hoy poesía y pensamiento se nos aparecen como dos formas insuficientes; y se nos antojan dos mitades del hombre: el filósofo y el poeta. No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método.»8

Estas ideas de la autora española nos presentan a la Razón Poética, el método gnoseológico para encontrar la verdad, partiendo los criterios de la filosofía y de la poesía. La poesía y la razón se requieren una a la otra, la poesía es el pensamiento supremo que nos ayuda a captar la realidad de cada cosa, en los aspectos fluyentes y la heterogeneidad del ser.9 La poesía es con la filosofía el camino seguro al conocimiento de la verdad. Desde la filosofía podemos descubrir al hombre entero que vive a lo largo de la historia como sujeto universal, mientras que desde la poesía se encuentra al hombre concreto, al que vive aquí y ahora, que es su yo y sus circunstancias que se encuentra inmerso es su Realidad Radical, como diría Ortega y Gasset.

Aunque la filosofía nos muestra al hombre universal, está tiende hacia el interior, hacia al individuo, mientras que la poesía tiende hacia la comunidad, como lo afirma Zambrano: «Será imposible el que no veamos en la poesía una integridad lograda mayor que en la metafísica; imposible que no veamos en ella el camino de la restauración de una perdida unidad. Imposible también, el que no la sintamos como la forma de la comunidad […]» 10

La poesía es filosofía envuelta en el misterio de la palabra que requiere ser descifrada, interpretada y que nos obliga a hacer un ejercicio racional que va más allá del texto. La poesía se niega a ser prisionera de la superficialidad y nos hace nadar a aguas profundas del pensamiento.

Es muy difícil trazar las fronteras entre la filosofía y la poesía porque estas se desdibujan a lo largo del tiempo. La racionalidad desarrolla métodos filosóficos y la poesía los presenta. La filosofía nos ayuda a entender los fenómenos de la existencia y la poesía los nombra, los canta, los cuenta, los vive.

Al final nos surgen las siguientes preguntas: ¿qué es la razón humana sin la poesía? ¿qué sería del funeral sin el canto que despide al muerto? ¿qué sería la poesía sin la metafísica? ¿Cómo sería la filosofía sin la poesía? ¿Habría cultura sin poesía? Aunque estas preguntas sirven para reflexionar, en vano las hacemos, porque la vida humana no hubiera llegado a ser lo que es sin la poesía de la razón, que es la filosofía; y sin la filosofía del verso, que es la poesía.

Fraternalmente, César Canela


Referencias

  • 1 Nos referimos a animal político en términos aristotélicos, es decir, un ser que sólo puede desarrollarse en la polis, organizado.
  • 2 Spengler, O. (1934). El hombre y la técnica: contribución a una filosofía de la vida (García Morente, M., Trad.). Espasa-Calpe, Madrid. Pág. 68
  • 3 Ibidem.
  • 4Resultaría interesante analizar la relación que existe entre la poesía y la escritura pero esto no es lo que nos ocupa ahora
  • 5Ella será el eje principal de esta ponencia porque es como faro de luz que nos ha iluminado a toda la humanidad para hacer una negación segura desde la filosofía sin olvidar a la poesía.
  • 6Cardona, Francesc Ll. (2021). Textos presocráticos: Heráclito. Parménides. Empédocles. (Del Pino, M., trad.). Ediciones Brontes. (Obra original publicada en 2016 en alemán con el título “Die Fragmente Vorsokratiker”). Barcelona. Pág. 54
  • 7Cfr. Zambrano, M. (1996). Filosofía y Poesía. Fondo de Cultura Económica. Distrito Federal de México.
  • 8Ibíd. Pág. 13
  • 9Cfr. Ibíd.
  • 10Ibíd. Pág. 97

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