"¿Por qué me ha de preocupar fallar un tiro si ni siquiera lo he tirado? Me concentro en acertar y ya". Michael Jordan
El hombre moderno está realmente imbuido de auto sabotaje, de predeterminación de los hechos, de valoraciones positivas y negativas del futuro con valores cuánticos, de su impacto en lo inmediato o en el futuro con presuntuosa estadística. Y un largo etcétera de preocupaciones sin sentido. ¿Por qué me ha de preocupar fallar un tiro que ni siquiera he realizado?
Este pensamiento, de débiles y derrotados en el mundo moderno, cuyos éxitos burbujas en el "todo controlado" de los estudios científicos han arruinado la felicidad de los emprendedores, y han hecho del campeón un monstruo creado por la ciencia, y no un atleta que enfrenta el destino como el gran Ulises de Ítaca y su esposa Penélope, la estratega. No hemos aprendido nada de Homero.
En el campo artístico, la creación y la producción, carecen del espíritu atlético que hay en el arte de forma inherente y no subyacente, que siempre se encuentra en su peor versión, además ruin de la competitividad en las premiaciones. No me sorprende que, grandes filósofos, literatos y fundadores hayan sido miembros de un cuerpo castrense donde han enfrentado la muerte en las trincheras antes de descollar en él ámbito artístico. Cervantes en la batalla de Lepanto, Ignacio de Loyola y el mismo Sócrates se sentía orgulloso de haber luchado por Grecia en la batalla del Peloponeso. El gran carácter se forja en la vida, bien amada, enfrentando la muerte, dignamente entregada por valores superiores como salvar la patria, la inmortalidad, la fama, la gloria del combate, por la justicia o la paz, por los débiles, por la verdad, por la libertad. O gloriosamente por amor de mujer.
Solo hoy contamos con intelectualoides, eruditos mequetrefes, católicos macaneadores, damas exóticas esclavas del interés, la moda descabellada, el sexo y el vino sin nada mas que ofrecer; literatos estetas que creen que salvan la patria con frasecitas mariconiles, soldados que abusan del débil y tumba polvos con el de arriba, curas que enseñan psicología pablocoheliana en los pulpitos, y predicadores protestantes que ladran muchísimo pero no muerden. Ver como los hombres sin carácter ni gloria ante él destino, hermosamente reaccionan ante una ola de masacre y violencia: "Pedimos por la paz". ¡Qué belleza! Los intelectuales entregan sus análisis en papel, los atletas actuales piensan en vender tenis y publicidad, y en cuidarse de no fracturarse un tobillo.
Bueno ha llegado el momento de que toda la putrefacción aceptada y racionalizada, adaptada y vivida como verdad desaparezca, no sólo del ámbito social y político, también del artista como individuo. Meterse, como creador de novelas, cine o teatro, escultura o pintura, dentro del drama humano frente a la sociedad actual y salir de el sin traumas es un milagro. Crear hoy en día requiere más que un "espíritu de lucha social" o "comprometido", como le llamaban los mequetrefes escritores hispanoamericanos del final del siglo pasado. ¿Es qué tiene que haber un compromiso? Bueno, si. ¿Pero con quién? ¿Con un partido? ¿Con una ideología? ¿Con una religión sectaria? ¿con qué demonios nos enfrentamos?
Todo eso es basura. El artista del cine, así como el de la moda, tendrá que enfrentar su propio drama, sus propias necesidades, y reconocer con empatía el drama del otro, de cada individuo. Sentir el peso del drama humano: el hombre frente a un hombre o muchos hombres; hombres frente hombres; Hombre contra sí mismo; hombre contra la naturaleza; y, hombre frente a Dios. Es la clave de entender el drama humano completo. Es la invitación a crear e ir al drama que funge de iluminación, creación, transmisión de verdades profundas y reflexivas.
Hay que lanzarse sobre el juego, y jugar. Sin preocuparse, para que preocuparse si fallamos creando nuestras propias piezas. Solo hay que pensar en acertar, anotar, ganar. Crear y lanzar. Ver el juego, encontrar la oportunidad, "cuando te dejen abierto entonces Shoot it", le dijo Jordan a Kerr en las finales del 98 's.
Dejarse de análisis extravagantes, controladores y acaparadores de la gloria del destino. Hay que crear, hay que hacer, hay que lanzar y hay que ganar. No te autosabotees.
Hazlo bien, hazlo a lo Jordan.
-Enmanuel Peralta.