Análisis, Arte, Willian Yamil Estevez Peralta

El agua, película hindú

La India es conocida mundialmente por su milenaria cultura, basada en prácticas religiosas y convenciones sociales que han sido objetos de severos cuestionamientos en términos de Derechos humanos. La película «El agua» retrata de manera cruda los avatares que sufren las mujeres viudas en el país oriental.

La actriz Sarala Kariyawasam caracteriza a Chuyia, una niña víctima del matrimonio infantil que enviuda al poco tiempo de haber sido casada. La tradición hindú manda que las viudas deben ser alojadas en una casa de acogida, y no volver a contraer matrimonio por el resto de sus vidas.

Chuyia es llevada por su padre a una de las casas que alojan viudas, allí entabla amistad con Kalyani (Lisa Ray) y juntas enfrentarán los embates que causan el hacinamiento, la escasez, y sobre todo, la intransigencia de Madhumati (Manorama), una envejecida viuda que funge como matrona, empeñada en hacer cumplir las normas y votos que le corresponden a las viudas.

La historia transcurre en la época de lucha libertaria que encabezó Mahatma Gandhi, en la India, contra el Imperio británico, en la primera mitad del siglo veinte. Gandhi era partidario de otorgar ciertas libertades a las viudas y suprimirlas de trabas ancestrales.

El filme muestra los obstáculos religiosos, políticos y sociales en materia de conquistas que atraviesan las mujeres hindúes en un país marcado por tradiciones que vulneran sus derechos.


-Willian Yamil Estevez Peralta

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