Para mí, este es uno de los cuentos Lovecraftniano más impresionante de todos los tiempos. Relata el resurgir de uno de los dioses de mayor importancia del medio oriente, el dios-pez: Dagón, una deidad de la fertilidad filistea, de las más importantes de su época.
El relato de Lovecraft nos cuenta como el narrador y también protagonista, habla de un suceso acontecido durante la primera Guerra Mundial que le obligó a refugiarse en el consumo de morfina: escapando de ser prisionero en un buque alemán, el protagonista se embarcó en un bote salvavidas y, habiéndose dormido, acaba despertando en medio de una isla de fango negro, tan grande que ya no es visible ni siquiera el contorno del mar. Investigando el lugar, encuentra un colosal monolito situado junto a un flujo de agua del que emerge de golpe Dagón. El personaje emprende una huida frenética y se hace a la mar en el bote, quedando en estado de shock. Es rescatado por un barco americano, pero el aspecto del monstruo ya no abandonaría su subconsciente. Ya en su casa planea suicidarse, pero entonces concluye el relato con la siguiente frase: "Escucho un ruido en la puerta, como si un cuerpo inmenso y resbaladizo se debatiera contra ella. No dará conmigo. Dios, ¡esa mano! ¡La ventana! ¡La ventana!"
Aunque Lovecraft no suele ser muy descriptivo con sus monstruos, la poca información que nos ofrece de esta bestia nos permite deducir que se trata de una enorme criatura de rasgos humanoide con ciertos rasgos de pez. En las últimas líneas del relato, vemos como el narrador comienza a investigar un poco sobre la procedencia de esta bestia, llegando quizás a la conclusión de que es la misma deidad de la hablan las antiguas leyendas filistea, el dios-pez de la fertilidad, del grano y el cereal, que durante mucho tiempo fue el rival de Jehová.
Aunque para muchos resulte extraño, es necesario que sepan que los hebreos no eran monoteístas en el sentido estricto de la palabra, sino más bien era henoteístas, es decir, reconocían la existencia de otros dioses, pero solo adoraban a uno. La misma biblia nos da evidencia de aquello:
(Éxodo 15:11) “¿Quién entre los dioses, es como tú oh jehová? (Éxodo 20:5). “No te postres ante esos dioses, ni les des culto, porque Yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso”.
(Éxodo 34:14) "No adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Jehová, es un Dios celoso."
(Salmos 96:4) "Porque grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; terrible sobre todos los dioses."
(Salmos 97:9) "Porque Tú eres el Señor, el Altísimo sobre toda la tierra, Muy excelso sobre todos los dioses."
(Salmos 136:2) "Alabad al Dios de los dioses, porque para siempre es su misericordia."
Los hebreos, según nos cuenta el libro bíblico de Josué, siguieron las ordenes de su dios e iniciaron una terrible lucha sin cuartel contra los pueblos cananeos y todos aquellos que no se sometieron a la adoración de su dios. Pues, Jehová les había prometido a los israelitas una tierra donde ya habitaban otros pueblos y viéndose él que tendría que compartir la gloria con otros dioses, ordenó una masacre. Lamentablemente como todos los demás dioses, Dagón fue sacado de circulación; con la destrucción de sus templos y la persecución de sus adoradores, este dios quedó en el olvido hasta su llegada a las páginas de los relatos de Lovecraft. Jehová era un dios celoso que no le gustaba compartir a los seres humanos, fue por ello que comenzó aquella persecución, “destrúyelos junto con todas sus posesiones, y no les tengas compasión. Mata hombres y mujeres, niños y recién nacidos, y también toros y ovejas, camellos y asnos” (1 Samuel 15: 3). Él sabía que para destruirlos solo tenía que destruir sus templos de adoración y desparecer sus nombres para que sean olvidados. Para Jehová, el reconocimiento de su nombre era muy importante, por ello insista tanto en que sea recordado.
“He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste del mundo. […] Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer.” (Juan 17:6,26)
Uno de los temas más controversiales de la Biblia, lo hallamos en el suicidio de Sansón, resulta muy extraño y sospechoso que Jehová le dé fuerzas a Sansón para que se suicide, siendo él una de las deidades que con mayor énfasis condena esta acción. Pues, también es curioso que con el suicidio de Sansón queda exterminado el culto a Dagón, puesto que Sansón se suicida derribando un templo de Dagón en el que se encontraban todos sus adoradores (Jueces 16:21-30). Jehová venció a Dagón.
Me parece que Dagón en el relato de Lovecraft, viéndose sin adoradores, sin templo, se reconoce débil y derrotado, al ver que el protagonista se acerca, ve en él la oportunidad de renacer, pues, si seguimos la lógica que establece Neil Gaiman en su novela American Gods, la fuerza de los dioses yace en la cantidad de adoradores que tienen, mientras más tienes, más fuerte eres. Este dios, a mi juicio, quería ponerse en contacto con el protagonista para proponerle la iniciación de un culto en su nombre y así adquirir adeptos que puedan adorarlo para así, él poder romper las cadenas que lo atan al monolito gigante y quizás, combatir nuevamente a Jehová.
Cabe destacar que, en el pasado había ciudades nombradas en honor al dios Dagón, como es el caso de Bet-Dagon (Casa de Dagón). No existe un criterio unánime en cuanto al origen del nombre “Dagón”. Hay doctos que lo relacionan con la palabra hebrea dagh (pez), mientras que otros lo asocian con el término hebreo da·ghán (grano). Es probable que los Filisteos adoptaran de los cananeos la adoración de este dios, ya que los cananeos adoraban a Dagán, y probablemente sea una vertiente del mismo dios.