Por: Edwin J. Peña
Andrés Avelino se opone completamente a la ética formalista de Kant, precisamente porque la considera demasiado humanista o antropocentrista, según él, se trata de una ética que exagera la autonomía del yo y no deja lugar para Dios. La ética kantiana pone al hombre como el ente más importante de la creación, superior a toda ley escrita, el hombre solo debe responder ante sí mismo, y su única responsabilidad es ante el yo, por eso, todo proceder humano debe ser universal. El hombre en opinión de Kant, debe tratar a los demás, como él cree debería ser tratado, el problema con esta ética, en opinión de Andrés Avelino, es que niega completamente a Dios. Esta máxima kantiana re-direcciona una conducta humana que no emana de Dios, sino más bien del hombre mismo. Al elevar demasiado la autonomía ética del hombre, cuya conducta ya no depende sino de sí mismo, conlleva al derrocamiento de Dios.
Por eso en la ética de Kant no hay lugar para los premios y castigos, Kant no quiere una ética de bienes y fines, eso porque su aceptación, conllevaría necesariamente a la dependencia de un bien supremo o un fin último, que bien podría ser interpretado como Dios. Por lo tanto, la propia universalidad antropocentrista de la ética kantiana, rechaza por sí sola cualquier contenido ético, no existen aquí ni bienes, ni fines ni tampoco valores, ya que estos son los que encaminan al hombre a adoptar un buen comportamiento, en este caso, el hombre hace el bien, no por el bien mismo, sino porque la sociedad se lo exige y si no lo hace lo meten preso. En la ética kantiana, la conducta del hombre está regulada por el imperativo categórico, por lo tanto, cada quien es su propio legislador moral y la conducta depende de cada individuo, en este caso, el hombre hace el bien, porque cuando hace el bien, él está bien, por lo tanto, hace el bien, por el bien mismo.
Esta exagerada autonomía moral de la conciencia del hombre tomada por Kant, no puede darse sino en perjuicio de la existencia de un bien supremo o la afirmación absoluta de Dios. Por eso, como buen cristiano y seguidor de las ideas de Platón, Andrés Avelino no solo se ve en la necesidad de rechazar la ética kantiana, sino también en sustituirla, por una ética irracionalista, mística y desantropologizadora, que él llamará como: “ética categorial” en rechazo de la ética humanista de Kant, y recoge el formulado ético de Platón y las nociones jerárquicas de Tomas de Aquino, al mismo tiempo que rechaza esa conciencia moral autónoma del individuo del sistema ético kantiano y/o el contenido material de los valores éticos de Scheler.
Fuentes:
1- Miguel Ángel Pimentel: La crítica categorialista a la ética de Kant.
2- Andrés Avelino: Los problemas antinomicos de la categorial «conciencia».
3- Andrés Avelino: Metafísica de lo categorial.