Es inevitable admitir que el humanismo dio a luz gracias a la sangre derramada de un mártir y un intelectual católico. Un hombre de una Fe inmensa, un intelecto agudo, y un ideal político y filosófico clarísimo. Hoy celebramos las memorias de este político, diplomático, filósofo, santo y mártir; uno de los padres del humanismo, el mejor amigo de Erasmo de Rotterdam. Y, además, Sir Thomas Moro fue un hombre en todo el sentido de la palabra, un héroe al servicio siempre de la verdad universal. Su famosa obra, Utopía, conforma el centro del pensamiento filosófico humanista, que dará apertura más tarde al verdadero Renacimiento y la época llamada Isabelina, con el teatro a la cabeza, belleza y desarrollo en las artes. Precedido por crueldad y persecución por parte del Rey Enrique VIII. Pero con un testimonio que los anglicanos fieles al rey siempre cargan sobre sí, la decapitación del santo Sir Tomas Moro. Un hombre vigente, patrono de los políticos, ejemplo en la diplomacia, que antepuso la verdad universal antes que el nacionalismo rechoncho del anglicanismo fiel al rey.
A pesar de ser asesinado a orden del dedo por el vicioso rey inglés, y “limpiado” con un juicio más teatral que jurídico, la vida de Sir Thomas Moro, fue de lealtad al rey, quien era uno de sus amigos más íntimos. Tenía gran amor por su patria, amor por la búsqueda de la verdad, el trabajo intelectual y político, cuando se hacía política y te costaba la vida. Cuando se requería carácter, templanza y valentía. Porque una decisión podía costar la cabeza, como le costó al patrono de los políticos y diplomáticos. Pero por defender sus principios, la idea de libertad y de justicia, su Fe, por los matrimonios, por intentar impedir que sus vicios—los del Rey— lo convirtieran en un tirano y en el asesino de mujeres que fue. Thomas Moro murió decapitado. Viviendo en su carne lo que Aristóteles contra los platónicos sólo escribió: "Mi amigo Platón, pero más amigo la verdad ". Así murió, diciendo: "Yo muero como un fiel servidor del Rey, pero Dios y la verdad primero". Luego vino la carnicería de sus mujeres que fueron esposas o amantes del rey, al estilo de Las Mil y Una Noche, que después de acostarse con ellas, le surgía cierto desencanto y cierto delirio de persecución. y una de las persecuciones más grandes del siglo XVI. Esta persecución contra todo aquel que no siga el decreto del dedo del Rey marca la separación de la Iglesia anglicana, una cacería religiosa, y una inquisición al dedo. Abre también los principios y las instituciones donde se desarrollará el Arte Renacentista Inglés, y el Teatro Isabelino. El comienzo de una nueva iglesia nacional-étnica, el anglicanismo o Iglesia anglicana, separada de Roma, cuyo papa o suprema autoridad eclesiástica es el rey de Inglaterra-vaya invento-. Hoy la reina Isabel II es la papisa de la Iglesia anglicana.
Fue Sir Tomás Moro, cuyos principios idearon un ambiente para el desarrollo de las artes y el pensamiento, a no ser por este pequeño problema con la Corona, las artes inglesas hubieran alcanzado la altura del siglo de Oro Español o la del Renacentismo Italiano. Tomas Moro junto con su amigo Erasmo de Rotterdam trazaron las líneas de lo que se llama el humanismo. El principio de Tomas Moro, sobre la idea política en el mundo, es delineado por el concepto de Utopía, como él mismo tratado de su autoría lo deja saber. Una cosa es la idea de paraíso que el hombre debe seguir y otra es la realidad imperante que contrasta con todo ideal. No se puede hacer grandes cosas ni como hombre individual ni en ningún país como estado, sino existe la utopía, pero aferrarse a la utopía, sin tenerse a los hechos tozudos de la vida misma de cada estado, es un sueño infantil. Para el mártir, Tomas Moro, en esto consiste usar la razón. Esto debería ser humanismo.
Esta es la idea de vida de un reino o una república. Tomas, con su intelecto, carácter, santidad y la sangre de su martirio defendió los principios universales de estas ideas. Hoy en día, los pseudo humanista, son antirreligiosos, anticristianismo y anti todo; pretenciosos, reaccionarios, protestadores, violentos, absurdos, con un toque de ridiculísimo y mediocre artitaje. Y no sabemos dónde todo ese pensamiento débil y fragmentado, líquido y desfigurado vaya a terminar… Vaya a paral…
Santo Thomas Moro, mártir. Ejemplo de ética, de Fe y el uso de la razón.
-Enmanuel Peralta
Excelente!