Por: Gerson Adrián Cordero
En varias ocasiones he dicho que Republica Dominicana no tiene nada que envidiarle a otros países en términos literarios, porque tenemos y hemos tenido excelentes escritores que con una buena difusión hubieran alcanzado grandeza internacional. Los conocedores de la literatura dominicana saben que lo que digo es verdad.Hemos visto la luz de varias creaciones literarias que valen la pena ser leídas. Otras, como es de esperar en un país donde se publica tanto, donde cualquiera que se despierte un día sin ni siquiera haber leído gran cosa, se le ocurre escribir y publicar, he de esperar que varias de las publicaciones que se hacen cada año no son tan valoradas y muchas veces ni se conocen, pero aún así, nos vemos obligados a decir que un libro es bueno, cuando en realidad, no lo es.
Ustedes se preguntarán: ¿cómo que nos vemosobligados a decir que un libro es bueno cuando en realidad, no es?
La verdad es que este es un tema complicado en Republica Dominicana, y muchos, para no buscarse un conflicto, deciden no decir nada al respecto. Pero es la realidad. Con este comentario que hago aquí, no busco despertar incertidumbre, más bien, lo que busco como siempre lo he hecho, es abrir los ojos a los lectores y escritores sobre, que si queremos que nuestra literatura logre salir y ser reconocida de manera continua en el extranjero, debemos ser más unidos y menos arrogantes y dejarnos de creer que porque gané dicho premio, o porque soy mencionado en algunos círculos, ya soy un gran escritor y que los demás no tienen la altura para criticar mis creaciones. Hay que dejar la sensibilidad y de sentirnos mal o bloquear un conocido porque me diga que considera que mi libro le faltó madurez, o, porque hirió mi orgullo como escritor. Resulta que la gran mayoría de los escritores dominicanos están acostumbrados a que le digan que su libro es bueno cuando no lo es, y son tan ilusos que piensan que porque todos los comentarios son positivos en verdad piensan que es así. A la hora de darle valor a un libro, se debe tener en cuenta varias cosas que en nada tiene que ver que seas mejor amigo del autor, pero todo esto se deja a un lado en un país donde todo lo que se publica son obras maestras según la propaganda de los amigos y conocidos.
Se debe tener presente que de la mala crítica también se aprende, (es una gran maestra) y esto es una verdad con puño. Veo la aptitud de algunos escritores dominicanos como personas que le falta mucha madurez, aún creyéndose que son Gabriel García Márquez o quien sabe, si el mismísimo Cervantes. No me pregunten quiénes serán los que se creen así, porque a fin de cuentas, todos conocen sus ángeles y sus demonios.
Hay que cambiar varias cosas en el ambiente literario dominicano, y son tantas que se podría llenar un cuaderno, pero si me pusieran a enumerar algunas, sin pensarlo dos veces empezaría por (El compadreo) a la hora de analizar una obra y dar un veredicto real. Para mí esta es la que más nos hace daño como escritor y es algo que pasa a la luz del día y nadie se da cuenta o simplemente se hacen los ciegos por lo ya mencionado: “No buscarse un conflicto”.
En fin, mi comentario es breve, quizás cuando no encuentre nada quehacer escriba una segunda parte. Lo que me queda es pedirles a ustedes, que reflexionen sobre lo poco aquí dicho, porque aunqueno es la gran cosa, en realidad lo es.