Por: Enmanuel Peralta
Con un libro, un café, un cigarrillo y con la vida hecha mierda uno se pone a reflexionar sobre el mundo y termina vuelto un ocho. A veces los hombres necesitan una tregua. A veces, no. Las necesitan. Pero no se haya, a veces. La vida corre, de una batalla tras otra.
Se busca vivir con menos cuando todos solo piensan en que debe “crecer” la economía. Mi amigo el empresario desea aumentar la productividad de su parque industrial, a la vez que da dinero al partido que apoya el aborto y cualquier plan de disminucion de la poblacion. No sé donde vivo, no sé dónde estoy. Creo que estoy en Manhattan, en un caos peor que Woody Allen y su Isaac Davis. O quizás una Holly Golightly versión masculina caminando por las calles de la gran manzana, tomando un Breakfast at Tiffany 's. O algo peor. Por decir algo. Más enamorado que el Paul Varjark de Truman Capote, para diferenciarlo del de Blake Edward. Pero si mi corazón tiene una representación en Breakfast at Tiffany 's sería el rostro adolorido de Doc Golightly, que magistralmente interpretó Buddy Ebsen. Doc Golightly es el rostro del verdadero amor sin destino en el mundo de los hombres. Solo Dios conoce el porque el amor a veces no posa en el nido que desea, ni habita en el techo que le plazca. El amor es un misterio. No hay respuestas. solo preguntas. Y hay que aprender a contentarse más con las preguntas que con las respuestas. Quizás nunca haya respuestas. Y toda la vida de un hombre, quizá, sea vivir bajo una pregunta.
¿Piensa que soy un cinéfilo porque menciona comedias románticas del cine americano ? Va, son melodramas tontos, en los años 60 's todavía a cierto cineasta les quedaba un poquito de juicio. Pero al fin son comedias americanas, que se puede esperar. Mi problema no es la novela, no es el cine, ni el cuento ni la pintura ni el teatro. Mi problema es que necesito una tregua, porque la veo en todo, y en todas partes. Cada rostro es su rostro. Cada película es mi historia, es la nuestra. No puedo abrir un soneto, de inmediato encuentro un verso que habla de sus ojos negros, de girasoles, o de su rostro hermoso. Veo girasoles en todas partes. En todas partes. “Oh, Darling”.
Tardes calurosas, con limonadas dulces en vaso con mucho hielo. Los niños arrebatados jugando en las aceras de los edificios destartalados. Mi rostro sombrío. Lleno de miedo. Fijos sólo en los recuerdos. Un trago de cocacola. Después de un mes de haber dejado de beber sabe a lodo. Miras el arcoiris que sale del refulgente aguacero de la pompa. Ahí esta su rostro. Bello rostro. Rodeado de girasoles.
“Holly, dime, ¿Dónde esta el gato?”… Solo recuerdo cosas. Todo lo tuyo está empatado con todo. Tu risa, tu sombra, el recuerdo, tu pelo. Tu estas en todas partes. Yo también estuve ahí, en el 167, no recuerdo si era de Jane street. O solo era un café, pan tostado y huevo revuelto, en Breakfast at Tiffany 's.
Solo quiero regalarte girasoles. Porque los veo en todas partes. Y tú eres un girasol.